viernes, 17 de mayo de 2019

Domingo V de Pascua-C



DOMINGO V DE PASCUA - C

BENDECIRÉ TU NOMBRE
POR SIEMPRE JAMÁS.

Por Mª Adelina Climent Cortés  O.P.

                    LA PASCUA DE JESÚS RESUCITADO, con su energía y vitalidad, nos sigue conduciendo hacia la plenitud de su triunfo, hacia su total glorificación: “ahora es glorificado el Hijo del Hombre y Dios es glorificado en él”. Y por este camino de vida, de luz, de alegría y de amor, transitamos todos los que vivimos acogidos a la salvación de Jesucristo.

                    Y, con gozo, bendecimos a nuestro DIOS, que ha RESUCITADO Y GLORIFICADO A CRISTO JESÚS, y que, a nosotros, nos da fuerzas y alegría para ser sus testigos, viviendo su misma vida de entrega y de amor.  Le alabamos, pues, cantando el salmo 144.

                    Este salmo, con características de himno, es un canto de alabanza, de bendición y de acción de gracias a la gloria y majestad de Yahveh, que, además de ser un Dios tan grande y poderoso, es, sobre todo, bueno y misericordioso con todas sus criaturas, a las que, en todo momento, cuida y atiende con amor cariñoso:

El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
.
                    El salmista, después de bendecir a Yahveh,  desea que toda la creación,   obra de sus manos, y  todos los fieles devotos,  bendigan su grandeza, proclamen el esplendor de la gloria de su Reinado y  hablen de los portentos que siempre realiza:

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas.

                    Así,  Yahveh, ha de ser bendecido porque, no solo ejerce su excelsitud y poder a favor de Israel, su pueblo elegido, sino,  en todo el universo y a través de todas las edades, pues la gloria de su majestad  invade todo lo creado y durará por siempre:


Explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno ve de edad en edad.

                    Para nosotros, el Rey victorioso y majestuoso, que extiende su gloria por todo el universo y que lo abarca y transforma todo, para   hacerlo nuevo, es JESUCTISTO RESUCITADO y GLORIFICADO por el PADRE, el que,  ha inaugurado para toda la humanidad su Reinado, y quiere que todos participemos de su glorificación. Mas, con este fin, antes de partir al Padre, nos dio un mandamiento nuevo: “que os améis unos a otros como yo os he amado” pues, el amor a todos, es el único camino que puede conducirnos a la gloria del paraíso e introducirnos en él.

                    El cumplimiento de este mandamiento ha de  comprometernos de verdad; pues, nos obliga a amarnos unos a otros, como hermanos, hasta entregar la propia vida por los demás, como lo ha hecho Cristo Jesús, y, ha de ser y  es, la señal más auténtica para nuestro mundo, de que somos sus discípulos, invitados por Él a ser testigos de su Vida, con el fin de que, también otros, le puedan conocer, amar y seguir;

                    “La señal por la que conocerán que sois discípulos míos, será que os amáis unos a otros” 

                    Pero, este amor tan grande, tan auténtico y tan nuevo, solo se puede conseguir con la ayuda y la fuerza del ESPÍRITU DE JESÚS, que nos hace vivir en comunión con Él y con el Padre, hasta que también nosotros gocemos de la plena y eterna glorificación en el Cielo.

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