DOMINGO VI DE PASCUA
OH DIOS, QUE TE ALABEN
LOS PUEBLOS,
QUE TODOS LOS PUEBLOS TE
ALABEN
Por Mª Adelina Climent
Cortés O.P.
La Salvación de Jesús es universal y LA VIDA NUEVA de su RESURRECCION
GLORIOSA es para todos los pueblos, razas, y civilizaciones. El salmo 66, con sabia intuición, lo canta y
celebra con alegría. Y, porque Jesús se nos ha manifestado, y, a todos nos ha
llamado a la fe, nos unimos al salmista en oración y alabanza agradecida:
Este salmo es un himno de acción de gracias a Yahveh, que rige y
gobierna con sabiduría y justicia a todos los pueblos, pues, su bendición se
extiende desde Israel a todas las naciones, al universo entero; por lo que, el
orante, entusiasmado y desde su profunda fe, quiere que todos los hombres le
reconozcan y alaben como a Dios, y, que, al hacerlo, se sientan dichosos y
agradecidos:
El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación.
Pero, no solo Yahveh gobierna con poder y sabiduría el universo entero,
sino que, además, lo hace con justicia y rectitud, que es lo suyo propio; y,
esto es, precisamente, lo que hace que su salvación llegue a todos los pueblos
y la puedan alcanzar todos los hombres, llamados a vivir en comunión su misma
vida de santidad y de amor.
Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud,
y gobiernas las naciones de la
tierra.
Y, el salmista, que reconoce y
profundiza el hecho salvífico y
universal de Yahveh, sigue invitando a
todos los pueblos a una alabanza exultante, de bendición y de acción de
gracias, al mismo tiempo que pide al Señor su benevolencia para todos, con el
deseo de que, el orbe entero le respete y ame:
Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe.
Y, todo esto que nos relata el salmo, como primicia y adelanto, empieza
a ser realidad más plena con La Resurrección de Jesucristo, pues, su mensaje
pascual y evangélico, tiene un destino universal que ha de ser anunciado a todo
el orbe: Cristo Jesús, ha de reinar en todo el universo, que, ha de quedar lleno de su presencia y, también, de la
presencia del Padre Dios. Y, de manera más íntima y particular, Cristo Jesús,
ha de reinar en el interior de todos
los creyentes, llamados a vivir en comunión con Él, y, a participar de su misma
Vida.
Más, los cristianos, somos los
llamados a hacer presente en nuestro mundo LA VIDA DEL RESUCITADO Y SU SEÑORÍO,
dando a conocer, con la ayuda del
ESPÍRITU, su mensaje de
salvación, que es de amor, de esperanza y de paz. Mensaje que hemos de hacer creíble con nuestro testimonio de
vida, para que sea aceptado y amado:
Así, Jesús, para hacer visible su vida, nos
pide que le amemos, que Él lo sea todo en nuestra existencia, nuestro único
Señor; y que, nos amemos fraternalmente, para que, viéndonos, el mundo crea y
se salve:
“-EL QUE ME AMA GUARDARÁ MI PALABRA Y MI PADRE
LO AMARÁ, Y VENDREMOS A ÉL Y HAREMOS MORADA EN ÉL”
Es, este amor, el que hará visible su paz
salvadora, la que nace de su vida entregada en La Cruz, y que habla al mundo de
unidad, de respeto y colaboración, de
reconciliación: de no más guerra, y sí,
solidaridad y fraternidad entre
todos.
También, Jesús, en su mensaje de Pascua, nos
comunica esperanza, seguridad de que se cumplirá en nosotros y en todo el mundo
la victoria de su RESURRECCIÓN GLORIOSA; que todos entraremos a formar parte de
su Reino Eterno, donde nos está
preparando un lugar para cada uno, junto al suyo, a la derecha del trono del
Padre, en el cielo.