DOMINGO V DE PASCUA - A
VENGA SOBRE NOSOTROS
TU MISERICORDIA, SEÑOR
Por M. Adelina Climent
Cortés O.P.
LA GLORIOSA PASCUA DE JESÚS, EL RESUCITADO, que con su luz inmortal lo
invade, lo penetra y lo transforma todo, se nos manifiesta radiante de
esplendor y colorido como CAMINO VERDAD y VIDA, realidades constitutivas del Reinado de Dios, en su Hijo Cristo Jesús, Palabra del Padre, y
que, por la fuerza del Espíritu de ambos, consiguen que avancemos sin cesar,
hacia la plenitud de Vida eterna para todos.
Y, porque nos vemos sumergidos en tan sublime misterio de misericordia,
de amor, y predilección, alabamos y damos gloria a Dios, cantando y meditando
el salmo 32.
El poema, contiene la finura y sabiduría de todo lo bueno y bello, y
posee las características de un himno de alabanza a Yahveh, como Dios creador
del universo, a través de su Palabra y de su Espíritu, en el que irá realizando
su plan de salvación universal, su
reinado de paz y de amor. Comienza el salmo con una invitación a la alabanza,
con aclamaciones de júbilo y vibraciones musicales:
Aclamad, justos al Señor,
que merece la alabanza de los
buenos;
dad gracias al Señor con la
cítara,
tocad en su honor el arpa de
diez cuerdas.
Si es grande y jubilosa la alabanza de acción de gracias que se tributa
a Yahveh, como Dios creador y salvador, de igual manera ha de ser amado y
ensalzado, por el gran esmero y cuidado que pone en las demás acciones que
realiza, como fruto de su lealtad y misericordia para con los que le siguen y
aman; con el fin, también, de llenar la tierra de su bondad, de su justicia y
de aquello que le es propio:
La palabra del Señor es sincera
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la
tierra
De esta manera, Yahveh, no deja de mirar con amor a sus fieles, a los
que confían y esperan en Él. Es un Dios que siempre quiere caminar con los
hombres y dialogar con ellos; también, sentirse cercano de cuantos le invocan,
para ayudarles en sus necesidades y hacerles partícipes de sus bondades. Es un
querer tan salvador el suyo, que libera de la esclavitud y conduce a una
felicidad sin fin:
Los ojos del Señor están puestos
en sus fieles,
en los que esperan en su
misericordia,
para librar sus vidas de la
muerte
y reanimarlos en tiempo de
hambre.
Pero, la misericordia de Dios ha llegado y está sobre nosotros, de
manera exuberante, en su Hijo Jesucristo, mediante su obra Redentora y
Salvadora, de la que, estamos celebrando el momento culminante, su GLORIOSA Y
TRIUNFANTE RESURRECCIÓN, que es prenda de nuestra herencia, pues, en La
Resurrección de Cristo Jesús, liberados del pecado y de la muerte, hemos
resucitado, todos los que creemos en Él, a una Vida Nueva, llenándose, así, la
tierra, de su misericordia.
Verdaderamente, estamos llamados, con Cristo, a vivir esta Nueva Vida de
resucitados, en la que, Él, se nos
muestra, como el camino y la meta de plenitud que demanda. Camino, que es
Palabra y también Verdad, revelación de Dios para los hombres, ya que, en el
mismo Cristo Jesús y por la amorosa fuerza de su Espíritu, llegaremos a la
plenitud de Vida en el Padre, que es dicha y felicidad sin fin.
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