jueves, 7 de junio de 2018

Sagrado corazón-Solemnidad


EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS - B

 SACARÉIS AGUAS CON GOZO

DE LAS FUENTES DEL SALVADOR


Sor Mª Adelina Climent Cortés  O.P.

      
                    Hermoso y profundo  día, el de La Solemnidad del SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS, para cantar y alabar a Dios por su SALVACIÓN, fruto y expresión de su infinito Amor que, en su Hijo Unigénito, encarnado en el seno de María Virgen, se nos ha hecho humano,  cercano, y entregado hasta su muerte en Cruz, en remisión de nuestros pecados: verdadero y excelso DON de la misericordia entrañable de Dios Padre, para cada uno de sus hijos, los hombres, y para toda la humanidad, que lo recibe con agradecimiento.                                                                                        

                    La personificación de La Salvación de Dios es, pues,  JESUCRISTO, que, herido por nuestro amor y compadecido de nosotros, pudo decir: “CUANDO SEA ELEVADO EN LA CRUZ ATRAERÉ A TODOS A MÍ”. También leemos en el Evangelio de Juan: “viendo que había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados con la lanza le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua”. Y, en otra Escritura: “Mirarán al que atravesaron”, es decir, a CRISTO JESÚS, a quien Dios constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre.

                     Hoy, agradecidos, y en festiva y gozosa alabanza, celebramos, el Amor sublime y probado de Dios, en el CORAZÓN DE CRISTO JESÚS: AMOR DE LOS AMORES, entonando el cántico de la salvación, de Isaías 12, 2-6:
   
El Señor es mi Dios y salvador:
confiaré y no temeré,
porque mi fuerza y mi poder es el Señor.
Él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo
de las fuentes de la salvación.

                      Las fuentes de la salvación, para los cristianos y, también, para todos los hombres, son las del CORAZÓN ABIERTO Y TRASPASADO DE JESÚS, caudaloso manantial de misericordia, de puro amor eclesial y sacramental, que limpia, perdona y regenera,  invitando a beber del torrente de sus delicias a todos los que estamos sedientos de justicia y de paz; es decir, de salvación: “El que tenga sed, que venga a mí, y que beba”. Todo un misterio de AMOR y de VIDA:   

Dad gracias al Señor
invocad su nombre
contad a los pueblos sus hazañas,
proclamad que su nombre es excelso.

                       Cantar al Señor Yahveh con júbilo y agradecimiento, alabar siempre su gloria, anunciar su ternura paternal: hasta tener el corazón revuelto y las entrañas conmovidas ante la infidelidad de Israel, y pregonar su bondad y salvación, era lo que debía hacer el que se tenía por piadoso y fiel israelita:

Tañed para el Señor que hizo proezas,
anunciadlas a toda la tierra,
gritad jubilosos, habitantes de Sión:
“qué grande es en medio de ti
el santo de Israel”    

Este amor salvador de Dios, en La Nueva y Eterna Alianza, de la que emerge La Iglesia, nuestra Madre, se nos comunica a torrentes por el CORAZÖN ABIERTO DE CRISTO JESÚS,  que nos redime y salva  hasta sumergirnos en lo más profundo de su insondable Misterio de Amor y Conocimiento; pues, por su ESPÍRITU, podemos hacer nuestros su misma vida y sus propios sentimientos, que nos ayudan a vivir en comunión de vida y de amor con todos los hombres, nuestros hermanos, y poder llegar así  a la meta, según la plenitud total de Dios, en su VIDA TRINITARIA.

                    Y, porque Dios tiene un corazón grande en el que cabemos todos y en el que podemos saciar la sed de verdad y de infinitud que tenemos, hagamos de nuestro vivir, ya desde ahora, y para siempre, un continuo canto de júbilo y gratitud a su excelsa bondad y misericordia:

¡GLORIA A TI, SEÑOR, PORQUE, SIEMPRE, NOS AMAS CON MISERICORDIA Y NOS  SALVAS!


¡TE ALABAMOS, TE BENDECIMOS, TE ADORAMOS, Y TE DAMOS GRACIAS!

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