DOMINGO VI DE PASCUA - B
EL SEÑOR REVELA A LAS NACIONES SU JUSTICIA
Por Mª Adelina Climent Cortés
O.P.
Dios nos revela su AMOR, que es su SANTIDAD, y
su JUSTICIA, lo que constituye su misma esencia, al entregarnos a su propio
HIJO, JESUCRISTO, para que, con su
MUERTE Y RESURRECCIÓN, sea
nuestra justificación y
salvación.
Es lo que proclama y nos invita a celebrar el
salmo 97, canto jubiloso de acción de gracias y de alabanza a la fuerza y poderío de Dios, capaz de realizar grandes
maravillas y proezas en nuestro favor y de liberarnos de toda injusticia:
Cantad al Señor un cántico nuevo,
porque ha hecho maravillas,
su diestra le ha dado la victoria,
su santo brazo.
Pero, el Señor, Yahveh, quiere que su justicia,
junto con su amor, fruto de su victoria a favor de su pueblo, Israel, también
sea acogida y celebrada desde la fe, por todas las naciones, por toda la
humanidad, y así lo relata el salmista, con el entusiasmo que le caracteriza:
El Señor da a conocer su victoria,
revela a las naciones su justicia:
Se acordó de su misericordia
y su fidelidad
en favor de la casa de Israel.
El salmo, de nuevo, sigue expresando con gozo, la alegría y el éxito de
La Victoria de Yahveh, que ahora vemos
manifestada plenamente en LA RESURRECCIÓN GLORIOSA DE CRISTO JESÚS, el que, con
su fuerza transformadora, ha sido capaz
de aniquilar la injusticia y todo mal del mundo y de dar paso al REINADO DE
DIOS, a una vida nueva repleta de amor y fecundidad:
Los confines de la tierra han
contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Aclama al Señor, tierra entera,
gritad,
vitoread, tocad.
La revelación de la justicia de Yahveh, nuestro Dios y de su amor
salvador, se nos anuncia hoy, además, en las palabras de Cristo Jesús: “COMO EL
PADRE ME HA AMADO, ASÍ OS HE AMADO YO, PERMANECED EN MI AMOR”, y también: “ESTE ES MI MANDAMIENTO, QUE OS
AMÉIS UNOS A OTROS COMO YO OS HE AMADO”.
Es el amor de Dios, su misma esencia, lo que nosotros hemos de recibir
con agradecimiento hasta hacerlo vida de nuestra vida: VOSOTROS SOIS MIS
AMIGOS, SI HACÉIS LO QUE YO OS MANDO.
Y, es también, lo que hemos de saber transmitir a los demás, para que
todos participemos de la amistad de JESÚS, EL SEÑOR y del gozo que comporta su
cercanía. De esta manera podremos dar frutos de salvación y hacer que
desaparezca toda injusticia entre los hombres, tan contraria a lo que en sí es
Dios, y lograr que llegue a nuestro mundo, hambriento de amor y de bondad,
su santidad, que es, también, nuestra
verdadera paz y felicidad
Símbolo de este amor justo y victorioso y de esta gratuidad de Dios es
LA EUCARISTÍA, expresión del amor entregado de Cristo Jesús y del amor que,
unos a otros nos debemos, como hijos de Dios que somos y hermanos
entre sí en el Señor Jesús.
Y, porque, son muchas las maravillas de Dios y grandes sus portentos a favor nuestro y de toda la humanidad, y, solos, no podemos alabarle
debidamente, unámonos a todos los creyentes y, con el salmista, sigamos
cantando con júbilo y entusiasmo:
“ACLAMAD AL SEÑOR, TIERRA ENTERA,
GRITAD, VITOREAD, TOCAD”
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